Monday, November 28, 2005

Subiendo las rampas de la Giralda

Cansado de subir rampas, creo recordar que eran 36, y jadeando por el esfuerzo, alcanzo el campanario de la Giralda. No sé si será la última o no, pero si que es una de las veces que he subido cansado al histórico alminar almohade, que descansa al lado de ese prodigio arquitectónico gótico que se llama la Magna Hispalense.
Catedral de piedra, marmol, hierro, vidrio y mortero que asciende hacia lo alto; cuya bóveda más alta ha llegado a caerse dos veces y a pesar de ello, ha vuelto a ser levantada. Catedral de lujosas capillas y capillitas, con nombres tan típicos como la de la Antigua, del Bautismo y otras.
Y tambien su suelo, reposo de Ilustres personajes, con lápidas de marmol y de bronce, que se han sucedido a lo largo de los siglos y cuentan sus años, meses y días que gozaron de la vida, para dejar huella de su paso.
Y a su lado el Archivo de Yndias, que junto al Alcazar árabe, forman la ALCAZABA sevillana.
En el lunes de amanecer frío de finales de noviembre de inicios de siglo.

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