Monday, November 26, 2012

Felipe el segundo y la Hembra

La Hembra era la Princesa de Éboli, Doña Ana de Mendoza, llamada Jezabel.

Don Juan de Austria se presenta en Madrid en 1576 en vez de marchar a Flandes para dirigir los Tercios. Antonio Pérez, Secretario de Estado, con 36 años y una carrera en las mejores universidades europeas, hace gala de visitar a la viuda y se habla que pasa por la alcoba de ella, mientras que la princesa, después de haber tenido diez hijos, se mostraba arrogante y atractiva.
Juan de Escobedo, secretario de D. Juan de Austria, era llamado el Verdinegro.
La propuesta real era darle un bocado, es decir, envenenarlo, pero todos los intentos fracasaron.
Antonio Pérez hace el doble juego de espionaje.
Escobedo acostumbraba a visitar por las tardes a la Princesa de Éboli, para después acudir a verse con su amante Doña Brianda de Guzmán y luego a su casa con su esposa Constanza.
Marañón decía que todo esto huele a patio de Monipodio.

La frase de Antonio Pérez sobre el Rey: "en quien no hay dedos de la risa al cuchillo".

Pazos afirma su tesis de que la princesa había sido la causante de todo y ello se reafirma cuando en el verano de 1578 se produce la muerte del Rey Sebastián en Alcazarquivir y el Rey toma la decisión preventiva de llamar al Cardenal Granvela que se encuentra en Roma y al llegar al año siguiente Antonio Pérez se encuentra con la orden de prisión y a la misma hora la princesa es traslada de la cárcel de Pinto a la de Santoraz

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