Wednesday, May 08, 2013

Zurbarán y sus Santas


Francisco de Zurbarán
Santa Marina


(Fuente de Cantos, 1598 - Madrid, 1664) Pintor español. A los quince años Francisco de Zurbarán se trasladó a Sevilla, donde fue discípulo del pintor Pedro Díaz de Villanueva, y donde conoció a Velázquez. Contrajo matrimonio con María Páez en 1617, y desde ese año hasta 1628 permaneció en Llerena (Extremadura). Aunque existen noticias documentales de distintas obras realizadas por Zurbarán durante este tiempo, no se conoce ninguna que con seguridad pueda situarse en esta época.
En 1625 Zurbarán se casó en segundas nupcias con Beatriz Morales. En 1627 pintó su primera gran obra importante firmada y datada: la Crucifixión del oratorio de la sacristía del convento dominico sevillano de San Pablo el Real, para el que en 1626 había contratado la realización de veintiún cuadros en ocho meses. Entre 1628 y 1629 llevó a cabo un ciclo de pinturas para el colegio franciscano de San Buenaventura.
El arte de Zurbarán aparece ya perfectamente definido, y se aprecian en su pintura la fuerza realista propia de los mejores pintores españoles de la época, su sentido de la ordenación y de la monumentalidad; el fondo oscuro de sus cuadros subraya ya entonces la presencia volumétrica de las figuras.
En 1629 se estableció en Sevilla por invitación del Consejo Municipal de la ciudad, y era tan grande su reputación como pintor, que no tuvo que pasar el tradicional examen para ejercer su oficio. Entre 1630 y 1639 se sitúa la etapa más fecunda de la obra de este artista, que abarca tanto naturalezas muertas (Bodegón con naranjas, 1633) como obras de tema religioso (Visión del beato Alonso Rodríguez, 1630; Apoteosis de Santo Tomás de Aquino, 1631; Santa Margarita; Santa Isabel de Portugal).
Llamado a Madrid en 1634, participó en la decoración del salón de Reinos del Buen Retiro (La defensa de Cádiz contra los ingleses, y una serie de los Trabajos de Hércules); durante este período renunció al tenebrismo; en el clasicismo toscano, influido a veces por los maestros venecianos, encontró un estilo acorde con sus aspiraciones. Las pinturas del retablo de la capilla de San Pedro de la catedral de Sevilla (1635-1636) permiten apreciar su evolución artística.
Otra vez en Sevilla, trabajó para el convento de la Merced Descalza (1636), para el que pintó varias obras religiosas. Pintó también varios cuadros para la iglesia de Nuestra Señora de la Granada, en Llerena, y para la cartuja de la Defensión de Jerez de la Frontera, y en 1639 firmó un contrato con el monasterio de San Jerónimo de Guadalupe para la realización de varios cuadros. Son especialmente destacables las obras realizadas para la cartuja de las Cuevas de Sevilla (San Bruno y el papa Urbano II, San Hugo en el refectorio de los cartujos, Virgen de los cartujos).

En 1639 enviudó de nuevo, y en 1644 casó en terceras nupcias con la hija de un orfebre, Leonor de Tordera. En 1650 pintó la Anunciación para el conde de Peñaranda; muestra aquí un nuevo estilo, en el que el uso del difuminado intenta atenuar la rigidez de las formas. En su Inmaculada Concepción niña (1656) se detecta además una clara influencia de Guido Reni. En 1658 se trasladó a Madrid, donde parece que pintó bastante, aunque su arte no pudo adaptarse al cambio general del gusto, orientado hacia el pleno barroco.


In memoriam de mi hermana Inmaculada (q.e.p.d) día de la Esperanza 30.


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Thursday, May 02, 2013

siglo I a.C

La Hija de Sexto Mario de Mª Antonia Rodriguez


CNEO POMPEYO ESTRABO CARNIFEX
General romano. No se conoce el año de su nacimiento, pero sí el de su muerte, el 87 a.C. Su biografía tiene dos hitos: fue el padre de Cneo Pompeyo el Grande, y el otro fue la masacre que siguió a la toma de Ausculum (Ascoli) en la guerra civil llamada de los Socii o Aliados.
Era un terrateniente picentino, origen étnico por el cual los romanos de pura cepa le consideraban (como a su hijo) más galo que romano. Fue el primero de su familia en adquirir un rango senatorial, a pesar de los prejuicios existentes entre la oligarquía de Roma contra las personas de origen rural (los hombres nuevos). Cicerón también sufrió estas iras, a pesar de su indudable brillantez política y oratoria.
El apelativo Estrabón hace referencia al profundo defecto visual que padecía, estrabismo. Fue llamado también el Carnicero por su falta de humanidad y su crueldad, que demostró de sobra en laconquista de Ausculum, cuando mandó ejecutar a la gran mayoría de la población, tras azotarles, niños incluidos, como escarmiento por la rebeldía demostrada contra Roma, exiliando al resto.
Fue cuestor en el año 104 a.C. en Cerdeña y en el año 94 a.C. pretor en Sicilia. Posteriormente fuepretor en el 92 a.C. y propretor en Macedonia.
Participó muy activamente en la guerra de los Aliados, durante la gran sublevación de los aliados itálicos contra Roma. Derrotó a los dos líderes picentinos, Tito Lafrieno y Publio Ventidio en el 90 a.C. y en el 89 a.C., ya elegido cónsul, alcanzó el mando del ejército romano en el norte de Italia, luchando contra el jefe de los marsos P. Vettio Escaton. Durante el asedio de Ausculum, otorgó laciudadanía romana a un escuadrón de jinetes hispanos procedentes del Medio y Bajo Ebro (turma Salluitana) que combatieron en las filas romanas (89 a.C.). Este hecho aparece reflejado en el excepcional documento epigráfico conocido como "Bronce de Ascoli", conservado en el Museo Capitolino de Roma. Fue tras la masacre de Ausculum cuando fue nombrado cónsul.
El texto contenido en el Bronce de Ascoli refleja la incorporación de tropas ajenas al ambiente itálico en las guerras civiles y por extensión a las guerras internacionales sostenidas por Roma durante el siglo I a.C., y no hay razón para no pensar que también se habían incorporado como tropas auxiliares en décadas anteriores. No olvidemos la presencia, como mercenarios, luchando a su propio estilo y dirigidos por sus propias elites, en la II Guerra Púnica en Hispania. Pero a lo que vamos, este epígrafe demuestra la tendencia del ejército romano a comienzos del siglo I a.C. a incorporar a sus filas a tropas indígenas como tropas auxiliares, dentro del propio ejército romano, no como mercenarios. Esta incorporación a las filas romanas se producía tras un largo periodo de instrucción y de servicio. Después de este proceso, encuadrado dentro de la romanización de los territorios ocupados, los individuos no ciudadanos de las provincias más romanizadas, entre ellas Hispania, quedaban asimilados a la cultura romana y recibían, en muchos casos, la ciudadanía romana como premio; de este modo, se convertían en portadores de esta cultura en sus lugares de origen.
Con la concesión de la ciudadanía romana a este grupo de hispanos, posiblemente vascones y celtíberos, Pompeyo Estrabo buscaba aumentar su clientela hispana, algo que le sirvió de mucho aPompeyo hijo en las posteriores guerras sertorianas. La clientela, sin duda era la base de los ejércitos personales de los generales romanos, que buscaban de hecho su lugar en un Estado que estaba cambiando hacia un tipo de sistema político en el que el poder personal se estaba imponiendo y en el que el sistema republicano estaba herido de muerte. Estas luchas fratricidas entre poderosos oligarcas desembocaron en el principado de Augusto, un sistema político de corte personalista, por mucha ficción republicana que quisiera darle el princeps.
Ese mismo año, otorgó los derechos latinos a la Galia Cisalpina mediante la Lex Pompeia de Transpadaniscon la esperanza de apagar algo el fuego de la revuelta itálica. En el año 87 fue llamado por Mario tras el regreso del ex cónsul a Roma, en el marco de la confrontación que mantenía el popular contra el aristocrático Sila, que luchaba en Oriente contra Mitrídates del Ponto, el enemigo nº 1 de la República romana. Estrabón de momento no quiso inmiscuirse, pero finalmente lo hizo, y eso fue la causa de su muerte. Entró en la contienda del lado del Senado, que una vez muerto Cayo Mario durante su séptimo (y sangriento) consulado, le llamó para defender la ciudad de las siete colinas contra las tropas del lugarteniente de Mario, Lucio Cornelio Cinna. Al final decidió apoyar a la facción senatorial. Cuando Estrabón, al mando de sus propias legiones, acampó al lado de las murallas romanas, se desató una epidemia en el campamento que se extendió aparte de la ciudad, parece que por no mantener unos mínimos hábitos higiénicos en un ejército de la envergadura del romano. La epidemia desatada al no hacer las letrinas en los lugares adecuados (lo que debió contaminar el río Tíber) se le llevó a la tumba. Según otras fuentes fue un rayo el que fulminó al general estrábico. Lo que si parece cierto, es que la soldadesca, y posiblemente muchos ciudadanos, hastiados de su crueldad, arrastraron su cadáver por las calles de Roma y le arrojaron al río Tíber, ante la impotencia de su propio hijo Cneo Pompeyo.
Cicerón, a su vez cadete del propio Estrabón en su juventud, y posiblemente amigo de Cneo Pompeyo Magnus (hijo del anterior), dijo de él: "digno de odio a causa de su crueldad, la avaricia y la perfidia".
A pesar de su prestigio como soldado y como orador, el Carnicero no fue un hombre propular ni entre sus soldados ni entre el Senado, ni entre el pueblo de Roma. Pero era el dueño del Piceno, lo que aprovechó su hijo para iniciar su escalada en el cursus honorum.